Señora mia:
He tratado por todos los medios posibles y a mi alcance de contener mis ansias y los deseos de veros y sin embargo no logro detener esta sensacion de ahogo que agobia mi corazón y azota mi alma. Sé que se dificulta escapar de vuestra recelosa guardia a la que llamais "razón" pero os ruego que hagais caso a vuestro corazon y pautemos un encuentro.
No tengo más que decirle por este medio, en consecuencia y aguardando respuesta me despido.
Os envio tres besos, uno para el alma, otro para sus labios y el tercero para el corazón.
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